Una vez, mil veces, una vez nunca.

El y yo teníamos algo hermoso, pero muy disfuncional, así que tuvo que terminar.

Una vez me enamoré de la magia que el piano causaba en los espíritus melancólicos, y en mí. Así que decidí aprender por mi cuenta, y obviamente no resultó.

Intenté con otros instrumentos; armónica, ukelele, melódica, guitarra, xilófono y para mi gran sorpresa, esta vez sí que fue un desastre.

Una vez hace muchos años, aprendiendo a leer, me di cuenta que los libros serían mi vida. Podría sentir lo que jamás sentiré. Amar a quién jamás existirá. Visitar lugares a los que nunca nadie ha ido. Ser lo que ni en sueños seré. Así que tomé la decisión de escribir. Y bueno, era muy obvio que lo haría por siempre, siendo para siempre el peor intento de escritora de nunca jamás.

Una vez, desde siempre, me enamoré de muchas voces, así que comencé a cantar (a decir verdad, nací cantando). Mi corazón gritaba, pero los oídos de mi espíritu racional planearon callar mi voz, tal vez para siempre.

Cuando cambié ciertas percepciones, el arte y la pintura comenzaron a sorprenderme, y es que nunca en mi vida había visto a peor "artista" que una chica sin sentido como yo.

Una vez, muchas veces, he soñado con irme lejos, muy, muy lejos, pero tal vez, me quede para siempre en los rincones de este pueblo gris y sin sentido.

Desde que me miré por primera vez y tuve conciencia de mi, decidí que intentaría ser linda. La adolescencia se adelantó y transformó a una niña común, en un monstruo de armarios.

Una vez desde siempre y por siempre, cada vez que sueño, mi cabezota me tira al suelo. Me corta las alas, me impide ser yo.

Una vez, mientras la muerte arrancaba mi alma de los brazos de la vida, mientras viajaba a ese lugar que los vivos no conocen, me di cuenta que las barreras, montañas, murallas y candados, no son más que porquerías inventadas por nosotros mismos para hacernos sentir basura. 

Toda la vida siendo un gusano, para convertirme en una mariposas con las alas que nunca llegaron.

Una vez, mientras me arrepentía de malgastar las oportunidades, me di cuenta de que el único obstáculo existente, era yo.