7 de diciembre de 2013

Renunciar también es amar.


Fumando el último cigarrillo de la noche, cerré mis ojos y me puse a pensar en esas noches en que volvíamos a la escuela y no aprendíamos nada, porque lo único que sabíamos hacer era pensar en el camino de regreso a casa, para escaparnos del estado de normalidad anormal. Recordé cuando bailábamos con los brazos extendidos hacia el cielo, como si en esa noche las estrellas se hubiesen detenido para mirarnos y pedir deseos mientras comenzaban los besos de media noche. Si pudiéramos recordar nuestras caras cuando robábamos las últimas cervezas de mi padre y luego subíamos al tejado a fumar un poco de hierba... Y aún no puedo creer cómo aprendíamos cinco canciones en tres minutos. Pretendíamos vivir un montón de historias, caminando por ahí, hacia ningún lugar. Recuerdo esas veces en que no íbamos al colegio porque alguno de los dos había tenido un mal día y simplemente lo solucionábamos con carcajadas por cualquier cosa. Y es que si pudieras tu también recordar esos tiempos, en donde no madurábamos pero que sin embargo éramos mucho más sabios, si tan solo pudieras volver a esos tiempos, te darías cuenta que el habernos distanciado es solo mierda. Y sí, tal vez estoy renunciando (aún amándola), pero sé que ella es será más feliz contigo que con ningún otro. He visto sus miradas y sus besos, y aunque duele, el verlos así, juntos, me pone jodidamente tranquilo. Así que mira frente a ti, allí está ella, así que deberías comenzar a amarla, en la manera... que quieres ser amado.

1 comentario:

  1. Looks like my search for informative blogs on this subject has finally come to an end! Even though I recognize that you have a life, but I would definitely like to see this blog updated more often.
    jeux de fille

    ResponderEliminar

Muchísimas gracias por visitarme, y por sobre todo darme una gran sonrisa! Que tengas un lindo día, y siempre serás bienvenido a este rincón de letras ♥