15 de octubre de 2017

Niño Astronauta

El niño astronauta era un ser de otro planeta, naturalmente.
El niño astronauta era un naufrago, 
caminaba sobre las aguas y abría camino en medio del mar. 
El niño astronauta era pálido como la luna llena. 
Tenía la mirada fija en sus constelaciones y sus oídos prestos a las voces ancestrales.


El niño astronauta estaba de paso en la tierra,
En esta tierra extraña, sucia, manchada.
El por qué aún es un misterio para la ciencia
Se cree que viene por una misión especial, 
Se cree que ésta es sola una escala, 
Se cree que es pura coincidencia
Se cree que es mentira
Se cree que es verdad.

El niño astronauta pasa el tiempo sembrando flores,
 ya sea en marte o en las prostituidas calles de la ciudad de las bestias.
El niño astronauta vive del arte,
con sus manos puede despertar la vida,
vida que muchos mortales creyeron dormida.

El niño astronauta recorre galaxias mientras habla con Dios.
El niño astronauta y su traje especial.
El niño astronauta cierra los ojos y entona melodías, 
como si se conectara con un tercer cielo,
como si fuera lo único que existe en el universo.

El niño astronauta está ocasionalmente frente a mi,
o yo frente a él, 
o tal vez solo coincidimos, quién sabe.

El niño astronauta y nuestro choque de miradas 
miradas perdidas, vagabundas, como queriendo descansar 
para solo sentir lo que la química de las almas mantienen oculto.

Y sí, ahora ando en la luna más que nunca,
para poder ver al niño astronauta con todas sus estrellas.

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