Bajo mi vestido

Bajo mi vestido oculto mi piel desnuda, oculto las cicatrices de mis inseguridades,
mientras las moratones de mis caídas son necrosadas por mi cobardía.

Bajo mi vestido oculto los lunares de mi gruesa piel, esperando a ser contados por besos, 
esperando a ser unidos, como constelaciones de un pequeño infinito.

Bajo mi vestido oculto el sudor de la ansiedad, del pánico y la paranoia,
sudor con restos de pasado y anticipación a la tragedia.

Bajo mi vestido oculto mi vergüenza, mi timidez y el miedo al rechazo,
cubriendo las raíces muertas que alguna vez quisieron florecer.

Bajo mi vestido oculto los ángulos agudos que acobijan las huellas de un amante silente,
huellas casi invisibles por mi falta de querer.

Bajo mi vestido oculto mi cuerpo erizado por el frío, por la parálisis de medianoche,
reprimido por la amenaza constante de la incertidumbre y mala suerte.

Bajo mi vestido oculto mis heridas, mis venas desoxigenadas, tan azules como mi sentir,
mientras mi sangre intenta irrigar un par de sueños moribundos.

Bajo mi vestido oculto mis luchas, oculto la humedad de un par de lágrimas,
humedad que traspasa a un debilitado corazón.

Bajo mi vestido oculto lo que se supone debería ser un templo, pero que sin embargo,
solo es una cárcel para un alma que solo quiere escapar.