12 de marzo de 2014

De olvidos y encuentros...

No estoy segura, pero creo que había sentido esto mucho antes de haber emprendido vuelo. 
Fue antes de ir a encuentro con bosques desconocidos. Fue justo antes de saber que tenía que encontrarme y encontrar aquello que no sabia, pero que de seguro las estrellas sí.
Fue antes de saber que mi planeta no era este, si no alguno de por allá lejos, donde los sentimientos son de cifras astronómicas.
No creí en el destino ni en runas. Simplemente me dejé llevar, simplemente seguí la huella de los polvos de las estrellas y de corazones solitarios que coincidían en noches frías. Y no sé cómo, pero lo había olvidado. Y aunque no tiene ninguna lógica. Cuando dejé de buscar aquellos bosques, de pronto el viento vino a mi encuentro, y claro, por supuesto no me dijo nada, simplemente sacudió mi pelo, como si quisiese conectarlo con mis pensamientos; y solo ahí pude recordar...
¡Deja de buscar, deja de aparentar encontrar, deja de convencerte de seguir los ideales mediocres de aquellos huracanes sabelotodo! Dejarme llevar, dejarme llevar, dejarme encontrar. Seguir el camino de todos los sabores y no olvidar mi libreta de lecciones, caídas y poemas. Aprender, y vivir. Y nada más. Porque estos pequeños infinitos se unen en universos que hacen de esta vida, una aventura espacial efímera, que se hace eterna.

1 comentario:

  1. Creo que todos necesitamos aprender a vivir, y siempre es importante hacerlo, a veces me gustaría permitirme cometer errores y no tenerlo todo tan planificado en mi mente. Dejarme ir.

    Saludos.

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