Vómito verbal.

Me perdí en tantas miradas que no coincidían con la mía. Y es que la vida corre, pero yo me detengo.

Compartiendo cama con el insomnio, y tú, mi sustancia tóxica para poder dormir. 

Voy por la autopista de la nostalgia, intentando no darle sabor a los recuerdos, intentando no divagar en el pasado, intentado mantenerme a flote. Estoy abrazando la tormenta, estoy de pie frente a un huracán, estoy en blanco.

Muchas son las vidas que vivo cada día. Observo las ciudades de papel, las mentes vacías. Y no estoy triste. No estoy contenta. Simplemente estoy acá, y estoy allá, o en ninguna parte. ¿A dónde se van las mentes fragmentadas? Solo estoy a la deriva. Solo puedo sentir como me grita el silencio de todo lo que callé. Construir los momentos para el recuerdo está sobre valorado. Me miro y veo como tantas paredes se derrumban. Me miro, te miro, miro al resto, miro a la nada, y solo hay un guerra fría, y aunque intente escribir para reparar la herida, las desgarraduras ya están por todas partes.