6 de septiembre de 2014

Lugar Perdido

Existe un lugar de la tierra, donde los árboles se fusionan con las montañas, donde la nieve cae mientras el viento abraza a la tormenta, donde el cielo se tiñe para darle vida a las criaturas que habitan aquella tierra sin lindes, donde las estrellas están al alcance de la mano, para quienes sienten el amor autentico. En muchos lugares se había escuchado hablar de aquel sitio, donde las estrellas eran infinitas, en donde solo el amor verdadero podría tocarlas y jugar con ellas. Aquel Lugar Perdido, jamás fue pisado por un hombre, aunque muchas parejas lo intentaron infructuosamente. Pero como las almas perdidamente enlazadas son capaces de recorrer planetas una mil veces con tal de sentir el cielo, Europa y el Leñador, un par de jóvenes, inocentes jóvenes, perdidos el uno por el otro, sin buscarlo, llegaron a aquella infinita tierra, como si los árboles abrieran sus ramas y los invitaran a embriagarse de aquella naturaleza tan perfecta, a probar las estrellas. Aquellos jóvenes, vivían su amor es secreto, estigmatizados por la aldea en que vivían, donde su amor estaba prohibido. Europa y el Leñador, sentían el mundo en sus manos, que el Universo los miraba, que un concierto de grillos y aves cantaban solo para ellos. Sentían que el viento los envolvía y los abrazaba, sentían como florecían, como se sentían en casa. Y decidieron permanecer en aquella tierra, aquel Lugar Perdido, por siempre.
Al descubrir  aquella tormenta brillante de estrellas fugases, tomaron un par de ellas y las guardaron en sus bolsillos, para conservar la magia, donde dejaron de girar los planetas y el universo los miraba,  por si aquella noche tuviera que desaparecer, iluminar el camino, pero al descansar, y contar las estrellas, estas se esfumaron, y fue ahí donde ocurre la magia. Algunos dicen que por no creer en la esencia del bosque y dudar de aquel lugar infinito, aquel monte les dio a elegir: escapar del bosque con las estrellas, pero que al salir, su amor se haría tan imposible, que ni aún con todas las estrellas del mundo podrían vivir su amor. O, quedarse para siempre en aquel infinito, pero bajo las condiciones que el viento dijera. Estupefactos, y terriblemente temerosos, Europa y el Leñador, que sentían un amor de esos en peligro de extinción, no titubearon en permanecer por siempre juntos, no importaba como. Y fue así, como Europa, la bella joven Europa desapareció entre una tormenta, y envuelta por el viento, separó su mano del Leñador, y al teñirse de rojo el cielo azul, Europa quedó atrapada en forma de liebre, siempre acompañando al Leñador.
Muy poco se sabe sobre lo que sucedió, se dice que el leñador aún vive, solo, un una cabaña decorada con trozos de pesadillas, envuelto en un invierno eterno. Se dice que en las tardes, el viento borra todo, menos las huellas del Leñador, y de una fiel Liebre que le persigue, y que cuando atardece y cuando se pinta de rojo el cielo azul, el Leñador y la Liebre, cruzan el bosque para ver nacer la Luna y así los espíritus del Leñador y Europa, se reencuentren en la noche eterna, condenados a un amor trágico, tan infinito, como una tormenta de estrellas.


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