17 de abril de 2015

Mil noventa y cinco.

Supongo que nunca se cerrará aquel ciclo, supongo que vuelvo al lugar del crimen. 
Fui primavera, fui otoño. Fuiste fuego y luego frío.
Vuelvo aquí, vuelvo a ti, vuelvo a la incertidumbre, vuelvo a la prisa.
Pienso en cuando te podía mirar horas, perderme y aun así no saber el color de tus ojos. Veía hojas, veía nubes, veía lo que nunca podría alcanzar. 
Siempre usé metáforas, nunca fuimos directos. Ya no hay tiempo, ya lo perdí.
Tus ojos verdes, tu manos blancas, tu cabello desordenado, tu mente abstracta, tu mente, tu maldita mente.
Ya no te quiero, y esta más que claro que yo estoy olvidada, por ahí, en algún rincón.
Ya no te pienso, ni te espero, ni te imagino.
En las noches encendía sueños, mis desvelos eran revivir un futuro, olvidando el distorsionado presente.
Siempre te quiero, está mas que claro ¿cómo olvidar la primera primavera? Y a veces espero estar en algún rincón.
De vez en cuando te pienso, espero volver al punto de partida.
Y en esta incongruencia, aunque me oculte, no habrá manera que tu te ocultes, que tu vayas.
Amores, pasiones tendrás, pero créeme, nadie, nadie te llegará a adorar como yo, alguna vez.

1 comentario:

  1. Que lindo, pero a la vez tan triste. ME ENCANTÓ, con letras mayúsculas jjajajajjaja, y escribes fenomenal.

    Si quieres nos leemos.

    un beso: http://sonrieporquetupuede.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar

Muchísimas gracias por visitarme, y por sobre todo darme una gran sonrisa! Que tengas un lindo día, y siempre serás bienvenido a este rincón de letras ♥