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He estado intentando aprender a leer otra vez.
He estado intentando aprender a escribir otra vez.
Es como si esta mala racha que me ha durado la vida entera, se hubiese llevado todo lo que mi cerebro gustaba de hacer.
Lo que un día parecía ser un jardín en Mayo, prometiendo florecer en primavera, se volvió yermo, como si la lluvia hubiese secado cada raíz, en una contradicción absurda.
He pasado demasiado tiempo alejándome de todo el mundo, escapando de cada relación que pude entablar con un humano, alejándome de mi misma.
Ni siquiera puedo conectar mi alma con mi mente.
Cada día lucho con pensamientos suicidas que parecen ser la solución más cuerda.
Duelo. Ardo por dentro. Llamas, heridas, sangre. Rabia.
Mis ojos están nublados, no quiero pestañar porque se que volveré a llorar, porque siempre estoy al borde. Pero a veces estoy demasiado triste para llorar...
Estoy cansada de pedir perdón, si ni yo misma puedo perdonarme.
Me siento más vetusta que nunca, más cansada que nunca.
¿Podré algún día sobrellevar todo esto? ¿Podré alguna vez aprender a vivir con los moratones de mis caídas y las cicatrices de mis malas decisiones?
¿Podré algún día hacerle caso a mis demonios?