Una mujer me dijo que nuestras sombras son más grandes que nosotros mismos.
Un demente abstracto me dijo en las noticias que fui derrotada por mi propia sombra.
Otros seres humanos me dijeron que las sombras son como los hilos, pero la hierba está siempre primero o viceversa o lo uno o lo otro o todo lo contrario.
Un alma vencida por sus propias alas me dijo que las sombras anidan nuestras pequeñas constelaciones ahumadas ante los ojos de las plumas retardadas y el silencio errante.
Pero mi yo de paso me dice que mi sombra se suicidó.
Las fugas del inconsciente y los cantos a todas mis muertes.
Y sucede que al marchar ha quedado sangre en el camino, pues las sombras se anclan a los huesos, a los sueños y otras angustias. Se difumina con el viento, con ese futuro que abrazaron mis fantasmas.
Inmaculado vacío llenos de dulces abismos.
Una mujer me dijo que nuestras sombras son más grandes que nosotros mismos.
Y a veces se escucha el eco de las sombras que naufragan en mi sangre.
Suena bien para el pie inicial de alguna narración.
ResponderEliminarSuerte.
Increible como escribis! Espero ansiosa tu proxima entrada. Nos vemos
ResponderEliminarQue bonito, parece el principio de algun libro, escribes genial!
ResponderEliminarSaludos^^
te sigo!
Siempre que me paso por aquí me sorprendes. Un texto precioso.
ResponderEliminarSaludos.
Me encanta como escribes. sigue asi :)
ResponderEliminar